Los padres y maestros, y en general como se enfrentan a la responsabilidad de educar a los menores en la sexualidad, deben saber que su presencia activa, afectuosa y comprensiva es fundamental para el equilibrado y cabal desarrollo del sus pupilos.
Debe subrayarse que a pesar de los naturales temores para abordar el tema de la educación sexual,y de que aunque algunos padres se resistan a hacerlos de manera deliberada, siempre lo están haciendo, pues niños y niñas, excelentes observa dores y de sensivilidad refinada, se dan cuenta de todo lo que sucede a su alrededor: en que term9inos discuten sus padres, como se aman, que piensan de los demás, cuales son sus valores y principios éticos, etc. De esta manera, los padres son los educadores sexuales por excelencia ya que permanentemente enseñan, con su ejemplo con palabras o sin ellas,con buenas y malas explicaciones, y aun con sus silencios y evasivas.
Debe subrayarse que a pesar de los naturales temores para abordar el tema de la educación sexual,y de que aunque algunos padres se resistan a hacerlos de manera deliberada, siempre lo están haciendo, pues niños y niñas, excelentes observa dores y de sensivilidad refinada, se dan cuenta de todo lo que sucede a su alrededor: en que term9inos discuten sus padres, como se aman, que piensan de los demás, cuales son sus valores y principios éticos, etc. De esta manera, los padres son los educadores sexuales por excelencia ya que permanentemente enseñan, con su ejemplo con palabras o sin ellas,con buenas y malas explicaciones, y aun con sus silencios y evasivas.
Dado que cada familia tiene sus propias ideas y valores -lo cual debe respetarce-, nadie debe tratar de imponer un modo de educar a sus hijos; sin embargo, es importante tener en cuenta las siguientes sugerencias
- Ser sinceros y honestos en las respuestas a preguntas sobre sexualidad.
- Aceptar que la sexualidad es parte de la cultura -comportamientos, valores, creencias, conocimiento, entre otros y de la naturaleza humana.
- Recordar que el dialogo franco y cordial fortalece la confianza entre hijos y padres.
- No eludir las respuestas.
- Apoyarce en libros o revistas dignas de confianza.
- Buscar apoyo profesional cuando el tema lo emérite.
- Tener en cuenta la edad y el nivel de desarrollo del joven para dar respuesta apropiada a su pregunta.
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